Hoy en día, el flamenco comprende el cante, el baile y el toque de guitarra: de hecho, es difícil imaginar un espectáculo de flamenco contemporáneo sin el acompañamiento inquietantemente percusivo de la guitarra flamenca. Pero los orígenes de este instrumento en realidad se remontan a no más de 170 años, a mediados del siglo XIX: durante cientos de años antes, el flamenco fue principalmente una música vocal, con la voz parecida a un grito o canto primitivo. El cante se dirigía a palo seco, sólo con el acompañamiento de palmas, golpes de nudillos sobre una mesa o con el golpeteo de un bastón de madera para marcar el tiempo.
Durante la mayor parte de la historia del flamenco, existió como una subcultura separada entre los desfavorecidos de la sociedad y fue una salida para los pobres y oprimidos. Es posible que esta fuera una de las razones por las que la guitarra no estuvo presente hasta mucho más tarde: el instrumento estaba fuera del alcance de los músicos empobrecidos de la época. No fue hasta la segunda mitad del sigloXIX cuando el flamenco se convirtió en un arte escénico, con el auge del café cantante (lo que ahora llamamos tablao ) en Andalucía, y más tarde en Madrid. En estos ruidosos establecimientos, la gente se reunía con sus amigos para disfrutar de una copa, mientras eran amenizados por un grupo de cantantes, bailarines y guitarristas.
Esta fue la Edad de Oro del Flamenco y uno de los desarrollos más importantes de la época fue la concepción de una guitarra flamenca estándar, por parte del maestro luthier Antonio de Torres Jurado. Esta se diferenciaría de la guitarra clásica de la época en que tendría un mayor volumen para competir con los fuertes taconeos de los bailaores y las potentes voces de los cantaores . Torres logró esto agrandando el cuerpo del instrumento y utilizando maderas más ligeras (ciprés, en lugar de palisandro) para el fondo y los aros.
La guitarra flamenca ha ido adquiriendo un papel cada vez más importante a lo largo de los años, hasta el punto de que el solo de este instrumento es hoy un género independiente con una proyección internacional aún mayor que el flamenco vocal.
Sin embargo, para la mayoría de nosotros, las dos guitarras (española y flamenca) se ven exactamente iguales a primera vista y sería difícil identificar correctamente una de la otra. Para empezar, la mejor manera de distinguirlos es fijarse en su construcción, incluidas las maderas utilizadas para fabricarlos y la posición de las cuerdas. Otra forma importante, por supuesto, sería escuchar el sonido que produce cada tipo de instrumento.